La pintura: juego mental

Pintar es jugar continuamente con la mente, a veces sin darte cuenta. La mente juega a dictar unas acciones u otras, a proponerse a sí misma objetivos o metas que le diviertan por muy complicadas que le resulten a priori. En un juego nada se premedita, la ética y la moral, el bien y el mal, lo racional y lo sensible, todo entra a formar parte de un único objetivo: disfrutar el momento sean cuales sean las consecuencias. Lo mismo pasa cuando pintamos, por lo tanto nuestra mente no se encarga tanto de pensar como de jugar pensando.

Noviembre/2008

Fotografiando

Las fotos me hacen ser más consciente de aquello que deseo, y sobre todo ser más consciente de cómo soy, por lo tanto lo que yo busco con ellas es mi identidad más que una imagen fotografiada. Según dice Husserl: “El “yo” vive en lo que ejecuta.”

Junio/2008

Misterio y atracción

Nunca me jacté de tal cosa, sólo percibí su esencia más inmediata y comprendí que debía ser así y no de otro modo. Reconocí el instante en el que el momento cobró vida. Solamente buscaba… El momento me sorprendía, la imagen misma lo hacía, nunca sabía que pasaría, el resultado del trabajo realizado durante horas sería todo un misterio.

Pero, eso me hacía trabajar con más ganas, lo que me llevaba a la conclusión de que ese resultado intuitivo me conducía por caminos desconocidos y atractivos para mí.

15/05/08

Experiencia y emoción

Cada cosa me influye de un modo u otro. No puedo evitarlo. No tengo que pensar cómo, simplemente pasará y poco a poco lo iré descubriendo. La vida son experiencias, y esas experiencias se traducen en emociones, sonidos, palabras o imágenes plásticas. Esto hace que tenga sentido la lucha y que cada experiencia complete mi camino llegando a sentir o a emocionarme delante de un cuadro o una canción. Todo lo que me rodea es tan bello que no soy consciente de hasta qué punto puede cambiar o influir en mi vida. La experiencia estética me rodea por todas partes, no puedo evadirme de ella.

La intuición de cada momento

Hay cosas que sólo pasan una vez en la vida. A veces no sabes qué cosas son ni cuándo van a pasar. Por eso debemos aprovechar cada segundo, para hacer aquello que deseamos, y así, en el momento más inesperado pasará y nos alegraremos. La frescura surge así, si buscas el momento no lo encontrarás, debes esperarlo trabajando, entonces llegará y te sorprenderá. Esto hará que tengas un motivo nuevo para seguir luchando por aquello que has venido haciendo hasta ahora.